de Nuria Barrios
6 de enero de 2023
“Que todo sea interpretable es una maldición y, al mismo tiempo, una bendición: cada texto y también cada nueva lectura debe intentar ser mejor
En Dublín, junto al hermoso parque Stephen’s Green, se encuentra el Museo de la literatura de Irlanda, el MoLI. Dentro del edificio existe un espacio dedicado a las traducciones de la obra de James Joyce. El universo del escritor resuena en español, en francés, en ruso, en chino, en italiano… En esa asombrosa polifonía conviven las distintas versiones de cada libro en una misma lengua. Da vértigo contemplar juntas las traducciones al español de Ulises y constatar que son y no son la misma obra porque las p…”
Y yo pregunto a los traductores profesionales: ¿Deberíamos tener en cuenta la nacionalidad del principal lector destinatario de la obra que estamos traduciendo, y escoger el estilo y la intención en el idioma meta que más se acomode a su cultura e idiosincrasia? ¿O, por lo contrario, deberíamos ceñirnos al texto, estilo e intención iniciales del autor, sin importar la cultura e idiosincrasia del principal lector destinatario? Dilema…