En este mes de mayo cae un día universalmente reconocido, y que llega al corazón de muchos: el Día de la Madre. En España, mi país natal, al igual que en los países vecinos de Portugal y Andorra, se celebra siempre el primer domingo de mayo. Esta celebración tiene una explicación en el trasfondo cristiano; se trata de una festividad que encuentra sus orígenes en culturas paganas, cuyo legado continuó, más tarde reformulado por el cristianismo. En Estados Unidos, mi país de residencia y nacionalidad, la celebración es el segundo domingo de mayo, al igual que en su país vecino, Canadá; mientras que en México, es siempre una fecha precisa: el 10 de mayo. Curioso.
Así que, con motivo del día de esta celebración en EE.UU. hoy, quiero aprovechar la oportunidad y compartir mis experiencias, y opiniones sobre, no solo el sacrificio que una mujer -independientemente de su raza, cultura o religión- hace al decidir llevar adelante un embarazo; sino también, la contribución que puede hacer a la educación y la decencia de ese bebé, tanto en el ámbito emocional y psicológico, como también en el social y educativo. Papis, vuestro apoyo durante y después del parto, y vuestra contribución a una evolución sana de ese nuevo ser humano es también muy valioso. Pero hoy, quiero hacer homenaje a las madres.
Citas célebres como “Una buena madre vale por cien maestros” (George Herbert, poeta y orador), y “Arte de ser una madre es el arte de enseñar a sus hijos” (Elaine Heffner, psicoterapeuta) expresan algo evidente.
¡Nueve! ¡Nueve meses creciendo y nutriéndose en el interior de una mujer! ¡El embarazo tiene que ser, lo menos, agotador! Para muchas de ellas, puede llegar a ser muy duro, arriesgado y un real sacrificio. Sin embargo, yo añadiría que, además de ser algo muy especial, es también MAGICO. Y las personas que realizan la labor de ayudar profesionalmente a que esa madre desarrolle y finalmente, culmine este proyecto de vida son, obviamente, el equipo médico. ¡Vaya responsabilidad!
I am not a mother, but I am a teacher, translator, and medical interpreter. As a translator, I once worked on a large assignment in the past which had to do with the care and nurturing of children: Mami y Yo. It was an educational program training moms on how children grow and how they need to be taken care of. I very much enjoyed working on it and learning, myself. And I was glad to be the professional chosen to make this knowledge accessible to moms of my same native language. The training program included the growth areas of physical, emotional, social, linguistic, and cognitive development. At the end of it, I was proud of my job thinking I had been able to contribute to the final goal by providing my good skills in translation. As I was reading and translating, it made me realize the actual role and responsibility that moms have in the physical and psychological development of that future human being, even starting while it is in their womb.
Durante la peor fase de la pandemia de COVID19, trabajando de intérprete médico de español a distancia, también tuve la oportunidad de interpretar interacciones entre proveedores médicos con pacientes y familiares, relacionadas con la reproducción humana: periodos y cuidados durante embarazos, operaciones de partos o citas de posparto. Interpretar durante partos fue una experiencia increíble y única para mi (no tengo hijos). De nuevo, me hizo apreciar todavía más a mi propia madre -repentinamente fallecida en España hace más de 15 años- y darme cuenta de lo que conlleva el proceso de ”desarrollar”, correcta y sanamente, a un futuro ser humano dentro de ti. Es una labor muy dura, física, socioemocional y económicamente, culminando en el parto y alumbramiento, que es lo más impresionante, pero que no termina ahí. ¡Uffff! Una experiencia increíble, incluso para un intérprete médico a distancia como yo.
MAMA, esto va por ti, donde quiera que te encuentres.